La segunda mitad del torneo sería más tranquila, destacándose un triunfo 3-1 sobre Vélez en La Paternal, señal de la remontada del equipo. El cuerpo técnico abandonó sus tareas tras el mencionado partido contra el cuervo (derrota por la mínima) y tras el triunfo por 3-1 sobre Independiente en el Estadio Libertadores de América. La selección holandesa llegaba tras 36 años sin disputar un Mundial y además contaba con Johan Cruyff como capitán del equipo y gran figura Mundial, por lo que la ilusión que había en Holanda en ese momento era máxima.