Aunque a todos no les haga gracia (Billy Porter ha comentado en más de una ocasión que personas como él llevan bastante más tiempo abogando por esta manera de entender lo masculino), es innegable que Styles ha conseguido convencer a una mayoría cada vez más amplia; erigiéndose como ese término medio con el que muchos se sienten cómodos: es lo bastante disruptivo como para llamar la atención pero no lo suficiente como para generar un rechazo directo y visceral.