En diciembre de 2010, después de una prueba de paternidad, Ronaldo reconoció un niño de cinco años, fruto de un encuentro con Michele Umezu, una camarera que le atendía durante la gira del Real Madrid en Japón durante la pretemporada de 2004. Ronaldo conoció a Umezu dos años antes, en 2002, nueva camiseta del liverpool cuando fue a Tokio para disputar la final de la Copa Intercontinental con el Real Madrid.