Menos mal que cuando Jorge Mendes ofreció a Ronaldo en el Metropolitano y Antoine se convirtió en la llave para su fichaje acabó imperando el deseo de Simeone, contrario a la salida del francés bajo ningún concepto. Joao Félix, que por cierto no jugó ni un solo minuto, debería ser la estrella del Atlético, el que vendiera más camisetas y el que levantara cada día al Metropolitano. Por aquel entonces tuvo que conformarse con acariciar el Balón de Oro, equipaciones futbol pero a día de hoy ha recuperado el nivel como para compartir mesa y mantel con cualquiera de los que reinan en Europa.